viernes, 29 de mayo de 2009

SEMINARIO HOMOSEXUAL


(Bésame, bésame mucho)

En noviembre de 1993, se realizó en la Universidad de Santiago el seminario “Sexualidad y Homosexualidad: Por el Derecho a la Diferencia”, organizado por el MOVILH y el Centro de Estudios de la Sexualidad (CES). En el evento participaron los especialistas Alfonso Luco (psicólogo), Andrés Domínguez (abogado), Pilar Walker (psicóloga), Gonzalo Pérez (psicólogo), Jan Hopman (teólogo holandés), Martín Hopenhayn (filósofo), Roberto Rosenzvaig (sexólogo) y David Maxwell (teólogo). Entre las presentaciones, destacó la de Hopman quien en su exposición “Teología de la Liberación Gay”, llamó a la Iglesia Católica local a cobijar en su seno a los homosexuales y lesbianas, sin culpas, ni pecados. Un llamado que nunca fue acogido por la conservadora jerarquía chilena.

La presencia de estos profesionales generó una imagen positiva del trabajo político, cultural y académico que realizaba el colectivo homosexual. Sin embargo, mientras transcurría el evento, estalló un conflicto, cuando guardias de seguridad de la universidad, denunciaron que un grupo de homosexuales se besaban en los jardines en presencia de todo el mundo.

Ante el temor de que el evento fuese suspendido por órdenes del rector, la directiva del MOVILH amenazó a las autoridades de la USACH con una denuncia pública por discriminación si el seminario se cancelaba. El explícito respaldo de la Federación de Estudiantes de la casa de estudios y las repercusiones públicas que la denuncia pudiera provocar, resolvió el conflicto en favor del MOVILH.

Además del seminario, el movimiento desarrolló una serie de iniciativas en varias esferas. En el ámbito cultural, estrenó la premiada película cubana Fresa y Chocolate y realizó, con la presencia de los escritores Álvaro Fernández, Juan Pablo Sutherland y Pedro Lemebel, un foro sobre literatura homosexual en Universidad ARCIS, coordinado por Víctor Hugo Robles. Paralelamente, convocó al primer seminario sobre Familia y Homosexualidad, consolidando el trabajo social y político de una pionera organización que reúne a familiares de lesbianas y homosexuales, llamada PAFALH, cuya iniciativa original fue de Miriam Urzúa y Luis Gauthier, padres del fallecido profesor y activista homosexual, Luis Gauthier Urzúa.

En el frente de los Derechos Humanos, los líderes del movimiento se reunieron con autoridades policiales, para protestar por las detenciones que denunciaron un sinnúmero de homosexuales y travestis en diversos puntos de la capital. Por tal motivo, se creó una comisión que veló por sus Derechos Humanos, responsabilidad que asumió el ex dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Carlos Sánchez. Simultáneamente, se habilitó una línea telefónica de denuncia, y se inició una campaña informativa en discotecas gays y en lugares de mayor conflicto con la policía, como la Plaza de Armas y el cerro Santa Lucía de Santiago.

El impacto del SIDA

En lo relativo a la prevención del SIDA, el MOVILH conformó una comisión interna especial que buscó implementar trabajos educativos con la población más expuesta y vulnerable a la transmisión del VIH: travestis, hombres que tienen sexo con hombres HSH y trabajadores sexuales. El proyecto atrajo a uno de los sectores más marginados del universo homosexual criollo. Entre ellos, a la “Tacones Lejanos”, popular en el ambiente del comercio sexual porque usa muletas, de ahí su particular apodo. Sin embargo, la presencia de “La Tacones” y sus amigas, incomodó al sector más conservador del MOVILH, liderados por el dirigente Rolando Jiménez, provocando una división entre quienes apoyaban y rechazaban el trabajo de la comisión del SIDA.

El trabajo del MOVILH buscó llenar el vacío informativo y gubernamental respecto del tema. En 1984 se detectó en Chile a la primera Persona Viviendo con VIH/SIDA (Edmundo, 38 años, profesor), dato epidemiológico, cultural y social que el régimen militar no dimensionó. En ese contexto, quienes no procuraban implementar políticas respecto del VIH/SIDA en el MOVILH, olvidaban que a principios de los años ochenta, el auge de la epidemia en Chile marcó un momento decisivo en la lucha gay, pues previo a la llegada del VIH, existían sólo pequeños grupos de homosexuales politizados. Sin embargo, la crisis del SIDA abrió las puertas a la discusión pública sobre la sexualidad, incluida la homosexualidad, en un país donde la Iglesia Católica y el militarismo ejercían un fuerte control sobre el debate de estos temas.

Pese a la valiente existencia de la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, la nula visibilidad de las personas afectadas por el virus en un primer momento, junto con la desinformación y el miedo generalizado, agravó la situación. Transcurridos varios años, nadie puede negar que el VIH/SIDA ha sido uno de los principales facilitadores de la apertura de conciencias, de existencias y de creciente aceptación igualitaria de sexualidades diferentes, particularmente de la homosexualidad, según Carlos Cáceres y Ana María Rosasco en su libro Secreto a Voces. Homoerotismo masculino en Lima; Culturas, Identidades y salud sexual, publicado en Lima, en el año 2000.

La presencia de travestis y de personas seropositivas en la sede del movimiento homosexual provocó un conflicto interno, propiciado por el sector más conservador quienes rechazaron la asociación de homosexualidad con VIH/SIDA. Rolando Jiménez, en entrevista al diario La Nación, en junio del 95, declaró:

Este es un tema que nos marca una vez más como enfermos y no podemos luchar para cambiar las concepciones sociales erróneas respecto a los homosexuales, si seguimos asociando dos temas distintos.

Como resultado de la disputa, la comisión de SIDA se retiró del movimiento, formando más tarde, el Centro Lambda Chile, una organización liderada por Roberto Pablo y Luis Gauthier. Del trabajo desarrollado por esta organización, destaca la publicación de la revista Lambda News, la primera publicación gay de Chile, cuyo número primero apareció en enero de 1995.

La partida de los seropositivos del MOVILH, si bien produjo descontentos entre quienes sí deseaban realizar trabajados educativos, relativos al SIDA entre los gays, sirvió para dar paso a organizaciones de base. Tiempo después de la controversia, conscientes de la urgente necesidad de organizar a las personas seropositivas, independientemente de su preferencia sexual, germinó el Centro de Apoyo a Personas Viviendo con VIH (CAPVIH), la primera organización de este tipo en el país y cuyo líder fue Sigifredo Barra. La creación del CAPVIH y de otras organizaciones hospitalarias de base, posibilitaron la creación de la CORNAVIH en 1997, más tarde conocida como Coordinadora Nacional de Personas Viviendo con VIH/SIDA, VIVO POSITIVO.

La emergencia del CAPVIH fue significativa, considerando la importancia humanitaria del nuevo referente y porque el fallecido Sigifredo Barra no sólo era homosexual y seropositivo asumido públicamente, sino que también militaba en el partido político más conservador del actual mapa político criollo, la Unión Demócrata Independiente (UDI), y era amigo personal del diputado de Renovación Nacional, Alberto Cardemil.

La activa participación de Sigifredo Barra en el Movimiento de Liberación Homosexual, cuyos integrantes eran mayoritariamente de izquierda, no significó un conflicto ético ni político para sus militantes, porque los objetivos del movimiento gay sobrepasaban las diferencias políticas. Durante ese período de lucha, apenas se comenzaba a desarrollar lazos estratégicos con diferentes sectores políticos democráticos y particularmente con la izquierda extraparlamentaria. Incluso, algunos dirigentes del movimiento gay visitaban con cierta regularidad a los presos políticos del Movimiento Lautaro en la ex Penitenciaría de Santiago para manifestar solidaridad con la causa democrática y, a su vez, los presos expresaban su apoyo a la lucha de los homosexuales. Relaciones políticas y de cooperación con partidos de derecha, ni hablar, todo lo contrario.

25 años de Stonewall; chilenos marchando en Nueva York

El 26 de junio de 1994 en Nueva York, cientos de miles de homosexuales, travestis, transexuales y lesbianas de todo el mundo, marcharon por las grandes avenidas de la famosa metrópoli en conmemoración de los 25 años de la rebelión de Stonewall. Entre la multitud, un lienzo se abrió paso, proclamando: NO MÁS REPRESIÓN EN CHILE. Ese era el lema escogido por la delegación chilena y que estaba conformada por unas doce personas integrantes de la comunidad lésbica, transexual y homosexual de Chile: Susana Peña, Vicky Figueroa y Pedro Lemebel, entre otros.

En medio de la muchedumbre, se distinguió la figura de Pedro Lemebel, quien con una corona de jeringas con sangre que adornaban su cara, provocó molestia a la policía norteamericana, que detuvo su provocador andar, pensado que la sangre estaba “contaminada” con VIH. Lo hice para devolver el SIDA a los yanquis, explicó el escritor a su regreso a Santiago de Chile.

Foto: Pedro Lemebel en las calles de Nueva York, conmemorando los 25 años de la revuelta de Stonewall.

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